jueves, 19 de mayo de 2016

¿Bailamos?

Nuevos pensamientos desbordados...

No puede ser tan complicado si tenemos ganas.

Yo tengo las ganas acumuladas y ya me empujan a acercarme a ti; pero lo haré sólo si tú quieres. No me gustaría que el rechazo terminase con esas, mis ganas, derramadas por el suelo. Y no es que te tema, es solo que quiero unir tus ganas con las mías.

¿Te convencí?... y entonces, ahora... ¿Bailamos?

Ven, acercate a mí, que no muerdo y si lo hago, es sólo el deseo que no sabe jugar al escondite.

Agárrame, aprieta fuertemente tu cuerpo contra el mío, dejémos que las ganas broten en suspiros.

Qué rico se está así, ¿verdad?. A esta distancia es imposible pensar en que nada malo ocurra. Puedo respirar lo que exhalas e interpretar cada músculo de tu cuerpo, leerlo como en braille.

Ya suena la música y necesito apoyar mi cabeza en tu pecho, escuchar cómo palpitas, acompasarte con mis latidos., parece empezar el acuerdo.

Te expliqué que mis impulsos son como mis caderas, que no siempre se controlan, que muchas veces se agitan y tú, las sujetas con firmeza, tratando de ayudarme en el meneo y tengo ganas.

A veces, evito tu mirada porque no entiendo el ritmo pero ahí estás tú, me sujetas firmemente la barbilla, levantas mi cara y me miras de frente, dispuesto a compartir tu mundo conmigo, atravesando mi mirada para verme por dentro.

Tu mano, firme en mi espalda, me convence de que tú también quieres, brotan tus ganas.

Así es como se baila, así es como se ama. Así es como acordamos compartir cada momento de la vida, que a veces es samba y otras como un nocturno de Chopin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario