Dibujo con eyeliner la alegría en mis ojos, levantando el rabillo porque así tapo mis heridas.
Pinto los labios de rojo para iluminar una sonrisa apagada, un corazón que late fuerte... pero de miedo.
Sonrio en blanco del puro susto que me dio la oscuridad del negro, por la necesidad de huir que la soledad provoca.
Y así, armada de colores que no siento, me subo a los tacones y salgo al mundo; porque dicen que hay que hacer ruido y dejar huella.
Sin embargo, puedo ser más bella pasando el algodón a los artificios; mirando, desde mis ojos tristes, la vida tal y como ocurre.
Soy hermosa aceptando que los besos dejan más huella cuando no se ve su marca, cuando se siente la caricia de mis labios sobre las pieles que elijo.
Yo... soy más bonita cuando me derrumbo ante mis miedos, cuando me asusto sin escudos y consigo encontrar cobijo en mis propios recovecos.
Mis pies descalzos son los únicos capaces de marcar la huella, mi exclusiva huella, mi genuina señal de existencia y... son silenciosos mis pasos, sólo asequibles para quienes quieran...
... mirarme por dentro...
No hay comentarios:
Publicar un comentario