domingo, 30 de octubre de 2016

Amisticidio

Nuevos pensamientos desbordados...


Amigo no es número de Facebook. 

Llamamos de pronto amistad a conocer o haber visto una vez, quizá ninguna. Teñimos de amigos a conocidos que no preguntan cómo estás, perdo destacan tu kilo de más. 

Olvidamos que un amigo es un cómplice, son las ganas de abrazar y de besar, minutos que se convierten en horas con sensación de tranquilidad. Un amigo no provoca un "deber ser" o "deber estar" porque siempre es un "querer". 

La amistad de verdad, supone libertad; aceptación sin peros, miradas honestas que hablan solas. Leer entre sonrisas y si no es el momento, buscar la explicación a un mal gesto. Amigo es el que llama porque supuso que algo no marchaba bien, quien espera a que puedas o quieras, a que entiendas o tengas ganas de entender.

No es todo bonito, un amigo también duele. Te abre los ojos en momentos de ceguera pero se queda, aún cuando no quieras ver. Es almohada en la caída y alas en el vuelo. Es compañía.  

La amistad es reciprocidad: estoy y estarás, apoyar y apoyé, sentir y sentimos, vivimos y estamos.

Te propongo poner dos pasos de distancia de esos que te dañan, saber que eres libre de estar y de sentir, entender que lo que mereces es... ser siempre tú. 

No se trata de convertirte en ermitaña, lo que intento es que entiendas que eres más que una diana de críticas, más que una burla a tu espalda, mucho más que el entretenimiento de quien no mira para dentro y se cree con derecho a hacerlo hacia fuera. 

Amistad es relación; lo demás, mera interacción. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario